Esquizofrenia

La esquizofrenia es un trastorno mental grave que,según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a más de 20 millones de personas en todo el mundo.

Afecta al pensamiento, las emociones y la conducta de las personas que la padecen. Pertenece a un grupo de trastornos mentales llamado psicosis, que se caracteriza por una distorsión de la percepción de la realidad.

La esquizofrenia es una enfermedad compleja que a menudo genera discapacidad. El tratamiento adecuado puede reducir sus síntomas y mejorar significativamente la calidad de vida de las personas afectadas.

CAUSAS:

No se conocen las causas exactas.

A menudo se habla de factores que pueden predisponer a las personas a sufrir esquizofrenia:

  • Genéticos. La esquizofrenia puede tener un componente genético, pero esto no significa que por el hecho de tener un familiar con este trastorno deba desarrollarse la enfermedad.
  • Bioquímicos y relacionados con la estructura cerebral. Los investigadores asocian la esquizofrenia con un funcionamiento defectuoso de los circuitos cerebrales y un desequilibrio entre los neurotransmisores. Los neurotransmisores son las moléculas mediante las cuales las neuronas se comunican entre sí a través de impulsos eléctricos. Además, las estructuras cerebrales de algunas personas afectadas son ligeramente distintas a las de las personas sanas. Un ejemplo son las cavidades llenas de líquido del centro del cerebro, que en las personas afectadas son mayores.
  • Complicaciones durante el embarazo o el parto. Se cree que la esquizofrenia puede estar relacionada con alteraciones producidas antes y después del nacimiento, tales como infecciones víricas, malnutrición intrauterina, parto prematuro o falta de oxígeno al nacer.
  • Trastornos y sufrimientos psicológicos en la infancia. Experiencias intensas como malos tratos y la aparición de otros trastornos mentales durante la infancia pueden aumentar el riesgo de desarrollar esquizofrenia en la edad adulta.

Por otro lado, existen factores que pueden favorecer la aparición de esquizofrenia en personas con predisposición a sufrirla, como el consumo de drogas (especialmente la cocaína o los alucinógenos) y una carga emocional complementaria, derivada de algún evento estresante de la vida, como la muerte de un familiar o la pérdida del puesto de trabajo.

SINTOMAS:

Los síntomas de la esquizofrenia se pueden clasificar en dos grandes grupos:

  • Síntomas positivos (comportamientos anormales):
    • Alucinaciones. Experiencias sensoriales producidas a pesar de la ausencia de un estímulo, como escuchar voces o ver objetos y personas que no están.
    • Ideas delirantes. Falsas creencias que persisten incluso cuando existen evidencias de que no son verdaderas. Un ejemplo puede ser pensar que se es otra persona o víctima de una conspiración.
    • Alteraciones de la conducta. Comportamiento inadecuado, agresivo o desinhibido, etc.
    • Trastornos del pensamiento y del lenguaje. Dificultad para organizar los pensamientos y conectarlos lógicamente, y dificultad en el habla (discurso incoherente, palabras inventadas, aceleración o ralentización del lenguaje, etc.).
    • Trastornos del movimiento. Alteraciones motoras, tales como movimientos agitados o repetitivos o imitación consciente de movimientos y gestos, entre otros.
  • Síntomas negativos (disminución o ausencia de conductas normales).
    • Algunos de los más frecuentes son el aislamiento social, la pérdida de interés y motivación para las actividades de la vida cotidiana, la reducción de la intensidad de la expresión y la respuesta emocional, y la falta de higiene personal.

La mayor parte de las personas afectadas por la esquizofrenia alternan los episodios psicóticos agudos con fases estables de remisión total o parcial de los síntomas.

La enfermedad se desarrolla en tres frases:

  • Fase aguda (o crisis). Las personas afectadas presentan síntomas graves, como delirios y/o alucinaciones, y no pueden cuidar de sí mismas. Los síntomas negativos también se intensifican.
  • Fase de estabilización (o postcrisis). La intensidad de los síntomas se reduce en los seis meses posteriores al inicio de una crisis.
  • Fase estable (o de mantenimiento). Los síntomas son relativamente estables y más leves. En algunos casos no se manifiestan.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *