Depresión
La depresión clínica es un trastorno que hace que la persona sienta una tristeza inusual o un humor irritable que no desaparece y una pérdida de interés o de la capacidad de disfrutar de las actividades que antes le resultaban satisfactorias y placenteras. Cuando es severa puede acarrear pensamientos suicidas o simplemente dejar de tener deseos de vivir.
CAUSAS:
Diferentes sucesos pueden actuar como desencadenantes de la depresión en las personas, aunque en ocasiones aparece sin causa aparente.
Algunas circunstancias que incrementan el riesgo de depresión son:
- Haber sufrido algún episodio depresivo anteriormente.
- Tener antecedentes de personas deprimidas en la familia.
- Haber tenido experiencias de pérdida o estrés, como la muerte de seres queridos, pérdida del puesto de trabajo, soledad, cambios en el estilo de vida o problemas en las relaciones interpersonales.
- Vivir situaciones conflictivas en el entorno (por ejemplo en el trabajo, en casa o en otros contextos).
- Haber sufrido traumas físicos o psicológicos.
- Tener enfermedad física grave o problemas crónicos de salud.
- Tomar determinados medicamentos (se puede consultar con el médico).
- Abusar del alcohol o de otras drogas (pueden empeorar la depresión).
- Algunas mujeres pueden ser más vulnerables a la depresión después del parto, especialmente si tienen algún factor de riesgo de los que se han nombrado anteriormente.
SINTOMAS:
Los síntomas de la depresión pueden variar de una persona a otra. Los síntomas fundamentales son:
- Bajo estado de ánimo, tristeza o sentimientos de desesperanza.
- Pérdida de interés por las actividades de las que antes se disfrutaba, o disminución del placer al realizarlas, la mayoría de los días durante las últimas semanas.
Otros posibles síntomas que se presentan con cierta frecuencia son:
- Irritabilidad (enfadarse fácilmente).
- Pérdida de energía, o cansancio.
- Desórdenes del sueño, especialmente insomnio.
- Cambios en los hábitos alimenticios, que a menudo producen variaciones en el peso.
- Dificultad por concentrarse o problemas de memoria.
- Pérdida de interés sexual.
- Sentimientos de inutilidad o culpabilidad.
- Pensamientos negativos, excesiva autocrítica.
- Deseos de muerte o ideación suicida.
A menudo, las personas con depresión también experimentan constantes preocupaciones que les producen ansiedad. Esto puede acarrear síntomas físicos como dolor, palpitaciones cardíacas o molestias abdominales. En algunas personas estos síntomas son su queja principal ya menudo llegan a sentirse tan mal que desearían estar muertas.
Trastorno bipolar
Este trastorno se manifiesta con extremas alteraciones del estado de ánimo de la persona: de períodos de euforia desmedida reconocidos como episodios maníacos en la depresión profunda. Hay personas que durante el estado de euforia excesiva pueden experimentar una vitalidad exagerada, alucinaciones auditivas o visuales o tener ideas o creencias que no son compartidas por el resto de personas de su entorno.
CAUSAS:
No se conocen las causas exactas.
A menudo se habla de factores que pueden predisponer a las personas a sufrir trastorno bipolar:
- Genéticos. El trastorno bipolar puede ser hereditario, pero esto no significa que por el hecho de tener un familiar afectado deba desarrollarse la enfermedad.
- Bioquímicos. Los investigadores asocian el trastorno bipolar con un funcionamiento defectuoso del sistema límbico, que es el que se encarga de regular el estado de ánimo. Por otra parte, existen pruebas de que existe una relación entre la enfermedad y la alteración de los neurotransmisores que intervienen en la aparición de los síntomas. Los neurotransmisores son las moléculas mediante las cuales las neuronas se comunican entre sí a través de impulsos eléctricos. Dos de ellos, noradrenalina y serotonina, se han encontrado en concentraciones muy bajas durante el episodio depresivo. En la fase maníaca, en cambio, existe un exceso de noradrenalina y dopamina.
Por otro lado, existen factores que pueden favorecer la aparición del trastorno bipolar en personas con predisposición a sufrirlo, como el estrés derivado de experiencias de vida estresantes (una situación de abuso, la muerte de un familiar o la pérdida del puesto de trabajo), o el consumo de drogas.
SINTOMAS:
Los cambios de estado de ánimo bipolares se llaman «episodios anímicos». Las personas afectadas pueden tener episodios maníacos, depresivos o mixtos. Los síntomas pueden variar en función de la persona y el paso del tiempo.
- Episodio maníaco. Esta fase puede incluir:
- Felicidad y optimismo exagerados.
- Nerviosismo y agitación.
- Exceso de confianza en uno mismo.
- Irritabilidad.
- Hiperactividad.
- Habla excesiva y rápida.
- Aceleración del pensamiento.
- Gastos excesivos e inapropiados.
- Pérdida del apetito.
- Disminución de la necesidad de dormir.
- Aumento del impulso sexual.
- Ideas delirantes o alucinaciones.
Algunas personas experimentan hipomanía, una forma menos severa de manía.
- Episodio depresivo. Durante este episodio la persona puede experimentar:
- Tristeza, vacío y desesperanza.
- Carece de energía.
- Autoestima baja.
- Ansiedad.
- Cansancio.
- Dificultades de concentración.
- Pérdida de interés en las actividades cotidianas.
- Sentimiento de culpa y desesperación.
- Aumento o pérdida de peso.
- Pérdida o exceso de apetito.
- Insomnio o somnolencia.
- Ideas delirantes o alucinaciones.
- Pensamientos suicidas.
Las personas no siempre pasan de una fase a otra, sino que existen etapas de normalización del estado de ánimo y desaparición de los síntomas.