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Trastornos de ansiedad

Tipo

    • Agorafobia. Se caracteriza por evitar espacios y situaciones que pueden generar una reacción de ansiedad en la persona y que pueden hacer que se sienta atrapada, sin posibilidad de huir, tales como aglomeraciones, tiendas, restaurantes, ascensores, etc.
    • Ataques de pánico (crisis de ansiedad o crisis de angustia). Son episodios repentinos de miedo o malestar intensos que a menudo se acompañan de síntomas como palpitaciones, sudoración, temblores, escalofríos, sensación de ahogo, miedo a perder el control o volverse loco. Estos síntomas alcanzan la máxima expresión durante los primeros 10 minutos y generalmente desaparecen en menos de una hora.
    • Fobia social. Las personas afectadas experimentan altos niveles de ansiedad cuando se encuentran frente a otras personas por miedo a ser juzgadas negativamente al sentirse inferiores y diferentes. Conduce a menudo al aislamiento social o al consumo excesivo de alcohol para desinhibirse.
    • Fobias específicas. Algunas situaciones concretas producen un miedo intenso y persistente, como viajar en avión, ir al dentista, ver sangre, determinados animales, entre otros.
    • Trastorno de ansiedad generalizada. Hace referencia a la preocupación constante y desproporcionada de la persona por situaciones cotidianas durante un largo período de tiempo. Conlleva síntomas físicos como tensión muscular, insomnio, cansancio e irritabilidad.
    • Trastorno de ansiedad debido a una enfermedad. La ansiedad es consecuencia de un problema de salud físico, como la diabetes, las enfermedades del corazón o el hipertiroidismo.
    • Trastorno de ansiedad inducido por substancias. Se asocia al consumo, abuso o dependencia de una droga.
    • Trastorno de ansiedad no especificado. Se diagnostica cuando no reúne los criterios definidos para el resto de trastornos.
    • Trastorno obsesivo-compulsivo. Las obsesiones son ideas o pensamientos persistentes que provocan miedo y malestar. Para intentar controlar y neutralizar estas obsesiones, la persona afectada realiza comportamientos repetitivos y rituales llamados compulsiones. Algunos ejemplos son: la suciedad (obsesión) y lavarse las manos (compulsión), y el miedo a un ladrón (obsesión) y comprobar si la puerta de casa está cerrada con llave (compulsión).
    • Trastorno por estrés postraumático. Aparece como consecuencia de haber vivido una experiencia que ha puesto en riesgo la vida de la persona que lo padece o de otro, como agresiones, atentados, accidentes, etc. Habitualmente, las personas afectadas reviven la situación traumática en contra de su voluntad con reacciones intensas de ansiedad.

Causas

Cualquier situación en la que pueda producirse una sensación de pérdida de control o en la que se vea comprometida la seguridad, es susceptible de dar lugar a angustia por parte de la persona que la vive. Las más evidentes son las situaciones que implican un peligro físico, ya sea real o amenaza; pero también puede producirse ante situaciones que incluyen elementos fóbicos (viajar en avión, dentista, inyecciones, espacios cerrados, etc.), situaciones de gran incertidumbre a diferentes niveles (social, económico, familiar…) o, incluso , situaciones cotidianas (intentar dormir, estudiar, trabajar, etc.). Otras posibles causas pueden ser: un problema de salud físico, el consumo de drogas, una experiencia traumática, la acumulación de estrés y otros trastornos de salud mental.

Por lo que respecta al desarrollo de los trastornos de ansiedad, los investigadores afirman que intervienen factores psicológicos, genéticos y ambientales.

Síntomas

La ansiedad puede producir tres tipos de síntomas:

  • Psicológicos: preocupación, miedo, inseguridad, inquietud, dificultades de concentración, pensamientos negativos sobre uno mismo, insomnio, etc.
  • Físicos: sudoración, temblor, palpitaciones, tensión muscular, dolor de cabeza, mareo, respiración rápida (hiperventilación), sensación de ahogo, molestias gastrointestinales, boca seca, entre otros.
  • Conductuales: llorar, tartamudear, realizar movimientos repetitivos, quedarse paralizado, fumar, comer o beber en exceso, y evitar las situaciones que producen el estado de ansiedad.

No todas las personas presentan los mismos síntomas ni los experimentan con igual intensidad.

Trastornos del estado de ánimo

Depresión

La depresión clínica es un trastorno que hace que la persona sienta una tristeza inusual o un humor irritable que no desaparece y una pérdida de interés o de la capacidad de disfrutar de las actividades que antes le resultaban satisfactorias y placenteras. Cuando es severa puede acarrear pensamientos suicidas o simplemente dejar de tener deseos de vivir.

CAUSAS:

Diferentes sucesos pueden actuar como desencadenantes de la depresión en las personas, aunque en ocasiones aparece sin causa aparente.

Algunas circunstancias que incrementan el riesgo de depresión son:

  • Haber sufrido algún episodio depresivo anteriormente.
  • Tener antecedentes de personas deprimidas en la familia.
  • Haber tenido experiencias de pérdida o estrés, como la muerte de seres queridos, pérdida del puesto de trabajo, soledad, cambios en el estilo de vida o problemas en las relaciones interpersonales.
  • Vivir situaciones conflictivas en el entorno (por ejemplo en el trabajo, en casa o en otros contextos).
  • Haber sufrido traumas físicos o psicológicos.
  • Tener enfermedad física grave o problemas crónicos de salud.
  • Tomar determinados medicamentos (se puede consultar con el médico).
  • Abusar del alcohol o de otras drogas (pueden empeorar la depresión).
  • Algunas mujeres pueden ser más vulnerables a la depresión después del parto, especialmente si tienen algún factor de riesgo de los que se han nombrado anteriormente.

SINTOMAS:

Los síntomas de la depresión pueden variar de una persona a otra. Los síntomas fundamentales son:

  • Bajo estado de ánimo, tristeza o sentimientos de desesperanza.
  • Pérdida de interés por las actividades de las que antes se disfrutaba, o disminución del placer al realizarlas, la mayoría de los días durante las últimas semanas.

Otros posibles síntomas que se presentan con cierta frecuencia son:

  • Irritabilidad (enfadarse fácilmente).
  • Pérdida de energía, o cansancio.
  • Desórdenes del sueño, especialmente insomnio.
  • Cambios en los hábitos alimenticios, que a menudo producen variaciones en el peso.
  • Dificultad por concentrarse o problemas de memoria.
  • Pérdida de interés sexual.
  • Sentimientos de inutilidad o culpabilidad.
  • Pensamientos negativos, excesiva autocrítica.
  • Deseos de muerte o ideación suicida.

A menudo, las personas con depresión también experimentan constantes preocupaciones que les producen ansiedad. Esto puede acarrear síntomas físicos como dolor, palpitaciones cardíacas o molestias abdominales. En algunas personas estos síntomas son su queja principal ya menudo llegan a sentirse tan mal que desearían estar muertas.

Trastorno bipolar

Este trastorno se manifiesta con extremas alteraciones del estado de ánimo de la persona: de períodos de euforia desmedida reconocidos como episodios maníacos en la depresión profunda. Hay personas que durante el estado de euforia excesiva pueden experimentar una vitalidad exagerada, alucinaciones auditivas o visuales o tener ideas o creencias que no son compartidas por el resto de personas de su entorno.

CAUSAS:

No se conocen las causas exactas.

A menudo se habla de factores que pueden predisponer a las personas a sufrir trastorno bipolar:

  • Genéticos. El trastorno bipolar puede ser hereditario, pero esto no significa que por el hecho de tener un familiar afectado deba desarrollarse la enfermedad.
  • Bioquímicos. Los investigadores asocian el trastorno bipolar con un funcionamiento defectuoso del sistema límbico, que es el que se encarga de regular el estado de ánimo. Por otra parte, existen pruebas de que existe una relación entre la enfermedad y la alteración de los neurotransmisores que intervienen en la aparición de los síntomas. Los neurotransmisores son las moléculas mediante las cuales las neuronas se comunican entre sí a través de impulsos eléctricos. Dos de ellos, noradrenalina y serotonina, se han encontrado en concentraciones muy bajas durante el episodio depresivo. En la fase maníaca, en cambio, existe un exceso de noradrenalina y dopamina.


Por otro lado, existen factores que pueden favorecer la aparición del trastorno bipolar en personas con predisposición a sufrirlo, como el estrés derivado de experiencias de vida estresantes (una situación de abuso, la muerte de un familiar o la pérdida del puesto de trabajo), o el consumo de drogas.

SINTOMAS:

Los cambios de estado de ánimo bipolares se llaman «episodios anímicos». Las personas afectadas pueden tener episodios maníacos, depresivos o mixtos. Los síntomas pueden variar en función de la persona y el paso del tiempo.

  • Episodio maníaco. Esta fase puede incluir:
    • Felicidad y optimismo exagerados.
    • Nerviosismo y agitación.
    • Exceso de confianza en uno mismo.
    • Irritabilidad.
    • Hiperactividad.
    • Habla excesiva y rápida.
    • Aceleración del pensamiento.
    • Gastos excesivos e inapropiados.
    • Pérdida del apetito.
    • Disminución de la necesidad de dormir.
    • Aumento del impulso sexual.
    • Ideas delirantes o alucinaciones.

Algunas personas experimentan hipomanía, una forma menos severa de manía.

  • Episodio depresivo. Durante este episodio la persona puede experimentar:
    • Tristeza, vacío y desesperanza.
    • Carece de energía.
    • Autoestima baja.
    • Ansiedad.
    • Cansancio.
    • Dificultades de concentración.
    • Pérdida de interés en las actividades cotidianas.
    • Sentimiento de culpa y desesperación.
    • Aumento o pérdida de peso.
    • Pérdida o exceso de apetito.
    • Insomnio o somnolencia.
    • Ideas delirantes o alucinaciones.
    • Pensamientos suicidas.

Las personas no siempre pasan de una fase a otra, sino que existen etapas de normalización del estado de ánimo y desaparición de los síntomas.

Esquizofrenia

La esquizofrenia es un trastorno mental grave que,según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a más de 20 millones de personas en todo el mundo.

Afecta al pensamiento, las emociones y la conducta de las personas que la padecen. Pertenece a un grupo de trastornos mentales llamado psicosis, que se caracteriza por una distorsión de la percepción de la realidad.

La esquizofrenia es una enfermedad compleja que a menudo genera discapacidad. El tratamiento adecuado puede reducir sus síntomas y mejorar significativamente la calidad de vida de las personas afectadas.

CAUSAS:

No se conocen las causas exactas.

A menudo se habla de factores que pueden predisponer a las personas a sufrir esquizofrenia:

  • Genéticos. La esquizofrenia puede tener un componente genético, pero esto no significa que por el hecho de tener un familiar con este trastorno deba desarrollarse la enfermedad.
  • Bioquímicos y relacionados con la estructura cerebral. Los investigadores asocian la esquizofrenia con un funcionamiento defectuoso de los circuitos cerebrales y un desequilibrio entre los neurotransmisores. Los neurotransmisores son las moléculas mediante las cuales las neuronas se comunican entre sí a través de impulsos eléctricos. Además, las estructuras cerebrales de algunas personas afectadas son ligeramente distintas a las de las personas sanas. Un ejemplo son las cavidades llenas de líquido del centro del cerebro, que en las personas afectadas son mayores.
  • Complicaciones durante el embarazo o el parto. Se cree que la esquizofrenia puede estar relacionada con alteraciones producidas antes y después del nacimiento, tales como infecciones víricas, malnutrición intrauterina, parto prematuro o falta de oxígeno al nacer.
  • Trastornos y sufrimientos psicológicos en la infancia. Experiencias intensas como malos tratos y la aparición de otros trastornos mentales durante la infancia pueden aumentar el riesgo de desarrollar esquizofrenia en la edad adulta.

Por otro lado, existen factores que pueden favorecer la aparición de esquizofrenia en personas con predisposición a sufrirla, como el consumo de drogas (especialmente la cocaína o los alucinógenos) y una carga emocional complementaria, derivada de algún evento estresante de la vida, como la muerte de un familiar o la pérdida del puesto de trabajo.

SINTOMAS:

Los síntomas de la esquizofrenia se pueden clasificar en dos grandes grupos:

  • Síntomas positivos (comportamientos anormales):
    • Alucinaciones. Experiencias sensoriales producidas a pesar de la ausencia de un estímulo, como escuchar voces o ver objetos y personas que no están.
    • Ideas delirantes. Falsas creencias que persisten incluso cuando existen evidencias de que no son verdaderas. Un ejemplo puede ser pensar que se es otra persona o víctima de una conspiración.
    • Alteraciones de la conducta. Comportamiento inadecuado, agresivo o desinhibido, etc.
    • Trastornos del pensamiento y del lenguaje. Dificultad para organizar los pensamientos y conectarlos lógicamente, y dificultad en el habla (discurso incoherente, palabras inventadas, aceleración o ralentización del lenguaje, etc.).
    • Trastornos del movimiento. Alteraciones motoras, tales como movimientos agitados o repetitivos o imitación consciente de movimientos y gestos, entre otros.
  • Síntomas negativos (disminución o ausencia de conductas normales).
    • Algunos de los más frecuentes son el aislamiento social, la pérdida de interés y motivación para las actividades de la vida cotidiana, la reducción de la intensidad de la expresión y la respuesta emocional, y la falta de higiene personal.

La mayor parte de las personas afectadas por la esquizofrenia alternan los episodios psicóticos agudos con fases estables de remisión total o parcial de los síntomas.

La enfermedad se desarrolla en tres frases:

  • Fase aguda (o crisis). Las personas afectadas presentan síntomas graves, como delirios y/o alucinaciones, y no pueden cuidar de sí mismas. Los síntomas negativos también se intensifican.
  • Fase de estabilización (o postcrisis). La intensidad de los síntomas se reduce en los seis meses posteriores al inicio de una crisis.
  • Fase estable (o de mantenimiento). Los síntomas son relativamente estables y más leves. En algunos casos no se manifiestan.

Trastorno límite de la personalidad

El trastorno límite de la personalidad (TLP) es el trastorno de la personalidad más frecuente. Los trastornos de la personalidad son un grupo de trastornos mentales que presentan desviaciones significativas respecto a la forma en que las personas perciben, piensan, sienten y se relacionan con el resto.

Se caracteriza por la inestabilidad en las relaciones personales, las emociones extremas, la distorsión de la autoimagen y la carencia de control de los impulsos. Suele aparecer durante la adolescencia o al inicio de la etapa adulta y puede ir mejorando con la edad.

Este trastorno provoca problemas de adaptación social, ocupacional y funcional, ya menudo se asocia a comportamientos suicidas y autodestructivos.

CAUSAS:

No se conocen las causas exactas.

A menudo se habla de factores que pueden predisponer a las personas a sufrir trastorno límite de la personalidad:

  • Genéticos. El trastorno límite de la personalidad puede tener un componente genético, pero esto no significa que por el hecho de tener un familiar afectado deba desarrollarse la enfermedad.
  • Neurobiológicos y bioquímicos. Los investigadores asocian el trastorno límite de la personalidad con un funcionamiento defectuoso de las áreas de cerebro que regulan el cariño, la atención, el autocontrol y la función ejecutiva. Por otra parte, existen pruebas de que la alteración de los neurotransmisores interviene en el desarrollo de la enfermedad. Los neurotransmisores son las moléculas mediante las cuales las neuronas se comunican entre sí a través de impulsos eléctricos.
  • Psicosociales. Haber sufrido abusos sexuales, físicos o emocionales, condiciones sociales adversas o un problema de abuso de drogas, son algunos ejemplos.

SINTOMAS:

Los síntomas pueden agruparse en cuatro áreas principales:

  • Emociones extremas. Las personas afectadas pueden experimentar emociones negativas e intensas como rabia, dolor, vergüenza, pánico, terror y sentimientos de vacío. La ira es uno de los sentimientos más frecuentes. En muchos casos los cambios de estado de ánimo se producen en períodos muy cortos de tiempo.
  • Comportamiento impulsivo. Jugar a juegos de azar, conducir de forma imprudente, practicar sexo sin protección, comer compulsivamente, consumir drogas, dejar un trabajo bueno, terminar una relación positiva o, incluso, autolesionarse e intentar suicidarse.
  • Relaciones inestables. Estas personas se caracterizan por la «manipulación» en las relaciones y piden atención constante. A menudo, alternan el amor y la admiración (idealización) con la aversión extrema y el desprecio (devaluación) hacia una misma persona. Tienen mucho miedo a ser abandonadas y son capaces de cualquier cosa para evitarlo.
  • Distorsión de la autoimagen. Las personas con trastorno límite de la personalidad son fácilmente influenciables: sus valores, hábitos y actitudes cambian en función de las personas del entorno hasta el punto de percibir la identidad y la propia imagen como inestable. Se manifiestan síntomas disociativos graves, como sentirse aislado de uno mismo, observarse fuera del cuerpo o perder el contacto con la realidad.